¡Sí!, por decir lo menos. Todo el personal que participa en una actividad está capacitado y entrenado continuamente. Los responsables de transportes cuentan con sus licencias correspondientes, por ejemplo: Los pilotos de globo aerostático tienen su licencia de piloto. Los capitanes de bote también tienen licencia y, en su caso, están certificados. El personal de apoyo, como el que manipula el globo, lo infla, sigue y recoge, también desempeña un papel crucial. No hay licencias ni certificaciones para esas faenas, pero sí la continua capacitación.

Para gozar plenamente la vida en la naturaleza es necesario contar con todo el arsenal tecnológico, precauciones y previsiones posibles que la vida moderna ha creado. El objetivo es brindar la seguridad, tranquilidad y experiencia que los visitantes desean.

El globo aerostático es el medio de transporte aéreo más seguro que hay. Antes del vuelo hay una plática y ejercicio de seguridad.

El riesgo principal durante los viajes en globo es el viento, que lo arrastra y puede llevar lejos. Los vuelos inician con el amanecer porque es la hora en que el viento es menor. Esto permite que el globo no se aleje mucho del área de despegue y pueda ser seguido en tierra sin problemas.

El globo se eleva debido a que el aire caliente en su interior es más ligero que el exterior. Para elevar un globo cargado con pasajeros es necesario calentar más el aire que si va vacío. El aire se calienta con la combustión de gas LP y es importante calcular y llevar la cantidad de gas necesario para mantener volando un globo durante un tiempo. Como los tanques de gas también pesan, se hace la distribución de pasajeros considerando su peso y la capacidad del globo. El peso estándar es de 150Kg por pareja; porque si vienen juntos no debemos separarlos. Así en caso necesario, el globo sube con menos pasajeros que su capacidad. Esto ocasiona que el costo de operar el globo se eleve. Por ello en circunstancias especiales hay una cuota extraordinaria cuando el peso de los pasajeros se eleva significativamente sobre el estándar.

Lejos de los aeropuertos y nunca sobre poblaciones y cuerpos de agua. Siempre es necesario contar con la autorización de la Dirección General de Aeronáutica Civil a fin de garantizar la seguridad de las operaciones.

No, es de enorme peligro. La norma mexicana indica una distancia mínima para los avistamientos de ballenas. Observar la norma permite realizar avistamientos seguros para toda la familia, desde niños inquietos hasta personas de la tercer edad con movilidad reducida.

Muy razonable. Los descensos de ríos se clasifican de acuerdo con su turbulencia. Partiendo de nivel 0, para cuerpos de agua en reposo, como un lago o presa, hasta nivel 4, prácticamente una cascada. Los descensos se hacen en segmentos de río grado 2 o 3, dependiendo del descenso deseado. Previamente al descenso hay una plática y ejercicios de seguridad. Siempre se debe usar el equipo de seguridad; casco y chaleco.

El riesgo mayor se da al caer de la balsa, porque no se puede ver ni prevenir la existencia de ramas y rocas que pueden atrapar y/o golpear al visitante. Por ello es importante observar las indicaciones del timonel, un conductor de grupo; calificado y muy experimentado. Solo se puede bajar de la balsa y nadar en las áreas indicadas.

Para seleccionar el parapente adecuado para el peso de la combinación de viajero-piloto. Si el parapente fuera "chico" bajaría más rápido, sería "pesado" torpe y menos seguro, cosa que no podrá ser.

El salto en paracaídas ha pasado de ser una actividad de riesgo medio a una de bajo riesgo debido a la a la tecnología de los paracaídas y al enorme cuidado que se pone en cada parte de su operación.
Es muy muy importante seleccionar el paracaídas adecuado para la combinación viajero-instructor y tipo de salto. En el aire no puede haber sorpresas, solo disfrute.